domingo, 9 de julio de 2017

Un pequeño pueblo llamado Rábano

Rábano es un pequeño pueblo emplazado en la comarca de Campo de Peñafiel, al este de la provincia de Valladolid. Se encuentra, por tanto, próximo a las provincias de Segovia y Burgos.
Está regado de sur a norte por el río Duratón, que desemboca unos pocos kilómetros más adelante, en el Duero, a la altura de Peñafiel.
Entre el 50 y el 75% de su superficie está dedicada a la agricultura, principalmente a la cebada de secano. Las zonas no cultivables las constituyen laderas y tesos calizos de gran inclinación, abundantes en este terreno, y muy ricos en biodiversidad. Los pinares de Pinus pinea resultan igualmente frecuentes, y están bien repartidos por todo el término municipal. Cabe resaltar también los bosquetes isla de quejigos, sabinas y almendros, tan necesarios para la fauna de estos lares.

Rábano desde el pico del Otero.

Además de todo eso, Rábano es el pueblo de mi amiga Ana, y a principios del mes de mayo, nos volvimos a juntar los tres del viaje anterior para exprimir al máximo el potencial de este lugar y de los municipios colindantes.

Tocamos todos o casi todos los hábitats posibles, para sacar el mayor número de especies (principalmente aves) posibles: pinares, sotos ribereños, laderas calizas, embalses, tierras de cultivo, tesos...

Ribera del río Duratón, en Rábano.

Embalse de Valdemudarra, en Peñafiel.

Vistas desde un teso, en Rábano.

Llegamos sobre las 00:00 horas del día 13, algo cansados del viaje y también de la semana, pero con las energías necesarias para detectar los primeros pájaros del finde: cárabo, ruiseñor común y búho chico, en ese orden. Escuchamos a los tres desde el patio de casa.

A la mañana siguiente, madrugamos un poco para evitar el calor y pateamos la ribera del Duratón aguas arriba del pueblo, hasta cerca del mediodía. No se dio mal la cosa, y salieron la mayoría de aves esperables en este medio: oropéndola, martín pescador, torcecuello, tórtola europea, trepador azul, escribano soteño, mosquitero papialbo, pito real, mito, águila calzada, cuco, ruiseñor bastardo, etc.

Chochín (Troglodytes troglodytes).

También algunos lepidópteros como Melitaea cinxia, Polyommatus icarus o Pseudophilotes panoptes:

Melitaea cinxia.

Polyommatus icarus.

Pseudophilotes panoptes.

Una típica mariposa de primavera, con un periodo de vuelo muy corto (de abril a mayo aprox.), al igual que Mcinxia (de mayo a junio).

Vimos varios ejemplares. Entre ellos, éste en apuros:

Pseudophilotes panoptes y araña cangrejo (Thomisus onustus).






Pseudophilotes panoptes y Thomisus onustus sobre Linum narbonense.

No hubo final feliz para él. La araña ganó...

En una arqueta de riego encontramos una pequeña culebra viperina atrapada, que rescatamos y pusimos a buen recaudo, lejos de la trampa:

Culebra viperina (Natrix maura) joven.

Y de una autóctona pasamos a una alóctona:
Hoy día es muy difícil dar un paseo por el campo y no encontrarse con alguna especie exótica invasora. Rábano no fue menos, y ya el primer día nos mostró la primera:


Almeja de río asiática (Corbicula fluminea).

La almeja de río asiática es una especie invasora, presente en España desde 1981, cuando fue introducida por dos vías: la accidental (mediante barcos de carga) y la intencionada (como cebo de pesca, para acuariofilia...). Desde entonces se ha expandido a buen ritmo hasta colonizar prácticamente todas las cuencas hidrográficas ibéricas, con el problema que eso supone para los bivalvos autóctonos.
Al igual que con la mayoría de invasoras, su eliminación del medio natural tiene difícil solución, y por el momento no se ha encontrado un método eficaz para su control en aguas libres.

Una vez acabamos de examinar la ribera, subimos a un teso cercano buscando engrosar nuestra lista.
Sacamos algunos pájaros nuevos, como escribano montesino, cogujada montesina, abejaruco, zarcero común o la cada vez más escasa codorniz:


Cogujada montesina (Galerida theklae).

Escribano montesino (Emberiza cia) con ceba.

Verderón común (Carduelis chloris) macho.

Además levantamos un jabalí, dos liebres y tres corzos, y encontramos en abundancia a la espectacular Euphydryas desfontainii, una mariposa que yo nunca había visto:

Jabalí (Sus scrofa).

Corzo (Capreolus capreolus).


Euphydryas desfontainii.

También aprovechamos para ver y fotografiar algunas plantas propias de terrenos calizos, poco familiares para nosotros:



Lino (Linum suffruticosum).

Pallenis spinosa.


Linum narbonense.


Lavanda (Lavandula angustifolia).


Rhamnus pumila.

Por la tarde, después de cargar las pilas con una buena paella casera hecha por nuestros anfitriones Fernando y Henar, visitamos uno de los pocos puntos húmedos de la comarca: el embalse de Valdemudarra, en Peñafiel:

Embalse de Valdemudarra.

No vimos gran cosa, aunque sí varias especies nuevas para la lista, que al fin y al cabo es lo que buscábamos. Algunas de estas especies fueron: andarríos chico, chorlitejo chico, focha común o somormujo lavanco:

Chorlitejo chico (Charadrius dubius) hembra adulta.

Las orillas pedregosas de este pantano son ideales para la reproducción de este chorlitejo.

Somormujo lavanco (Podiceps cristatus) adulto.

Vimos media docena de somormujos. Y también una planta muy llamativa:



Esparceta o pipirigallo (Onobrychis viciifolia).

O. viciifolia es una leguminosa forrajera, muy bien adaptada al suelo calizo y extendida por el Nuevo y Viejo Mundo, aunque probablemente tenga su origen en la Europa Oriental y Asia Occidental; el descubrimiento de sus propiedades nutritivas para la alimentación del ganado provocó su expansión internacional en el siglo XVI.
En España, su cultivo está en franca regresión, y a día de hoy tan sólo algunas provincias del NE peninsular la siguen explotando como recurso alimenticio para el ganado.
El ejemplar que encontramos nosotros se hallaba totalmente naturalizado, creciendo en un lado del camino que bordeaba todo el perímetro del embalse.

Aulaga (Genista scorpius).

Llegamos algo tarde para ver a las aulagas en flor. La mayoría estaban ya así...

Vanessa cardui.

Con esta Vanessa probablemente recién llegada desde tierras africanas, dimos por terminada la visita al embalse y fuimos para Peñafiel.
Después de recargar las pilas con unas cervezas en el Mercado Medieval y posterior visita guiada por el casco histórico a cargo de nuestro amigo Dani, marchamos hacia el último punto de muestreo del día: las graveras de Padilla de Duero.

Mientras veíamos atardecer, pasaron por delante nuestro varios aviones zapadores, un aguilucho lagunero, una garza real, un alcaudón real...y también escuchamos rascón y carricero tordal. La lista seguía en aumento y ya rozábamos las 70 especies...

Este autillo, ya de noche, nos ayudó a reforzarla un poco más, junto con unos pollos de búho chico que no se dejaron ver:

Autillo europeo (Otus scops).

 Un pájaro bonito, ¿verdad?

Los anfibios aquí tomaron algo de protagonismo: encontramos rana común y sapo partero en la misma gravera, además de unos sapos corredores que escuchamos cantando dentro de un campo de remolachas:

Rana común (Pelophylax perezi).

Sapo partero común (Alytes obstetricans).

Ya de vuelta en Rábano, seguimos probando suerte con los animales nocturnos; escuchamos un autillo más, varios sapos parteros y vimos una familia de zorros (la pareja de adultos con tres juveniles) cruzando un camino:

Zorrezno (Vulpes vulpes).

El domingo amanecimos con setenta pájaros en la libreta, y nos fijamos como objetivo alcanzar las noventa:

Subida a la Fuente de las Porqueras.

Gran sabina albar (Juniperus thurifera).

Por la mañana recorrimos los campos al sur de Rábano, tocando también los términos municipales de Aldeasoña y Laguna de Contreras.

La primera especie en sumar fue el abejero europeo: avistamos un ejemplar plaenando muy alto, nada más comenzar la mañana. Casi con seguridad se encontraba en migración hacia el norte.

Desde el mismo coche fuimos sacando otras especies, tanto de oído como de vista: curruca mirlona, aguilucho cenizo, perdiz roja, curruca carrasqueña, abubilla, bisbita campestre...

Bisbita campestre (Anthus campestris).

En una ladera bastante inclinada, y quizá por ello no cultivada, encontramos un par de orquídeas:


Ophrys sphegodes/incubacea.

Una característica de la familia Orchidaceae es la resupinación, mecanismo que tiene lugar a lo largo del desarrollo de la planta, en el que el labelo gira 180º hasta colocarse en posición anterior, aunque a veces, este giro no es de 180º, sino de 360º, y en otras ocasiones no se realiza, por lo que el labelo se mantiene en posición posterior, como en este caso.

Solamente encontramos un pie de esta orquídea de difícil determinación.



Ophrys lutea.


En cambio, de O. lutea encontramos hasta 24 pies en un pequeño corro.
En las imágenes se aprecia el labelo debidamente resupinado.

También allí nos deleitamos con los vuelos y posados de las desfontainii, tan abundantes como el día anterior:

Euphydrias desfontainii posada sobre tomillo (Thymus zygis).

Euphydrias desfontainii.

Euphydrias desfontainii.

Entre todas las plantas del teso, una llamaba especialmente la atención:



Orobanche sp.

El género Orobanche, como su propio nombre indica, pertenece a la familia Orobanchaceae, lo que nos da una idea de su modo de vida: es una planta holoparásita, lo que quiere decir que depende al 100 % de su hospedador, pues carece por completo de capacidad fotosintética, a diferencia de las hemiparásitas como Pedicularis syvlatica, de la que ya comentamos algo en otro post.

La identificación de las especies de este género es muy controvertida debido a los recientes cambios en su taxonomía, y por el momento es mejor dejarlos como especie indeterminada.

Sobre el mediodía, visitamos uno de los pinares de Rábano con la esperanza de rascar alguna especie más, ¡y hubo suerte!

Bosque de Pinus pinea invadido por ailantos (Ailanthus altissima).

El ailanto podría definirse como una invasora silenciosa, pues se expande sin llamar tanto la atención como otras especies, caso del cangrejo rojo americano o del eucalipto, pero su avance es sin duda imparable, y su erradicación se antoja cada día un poco más complicada.
Procede de China, y ha venido para quedarse.
Un desastre ambiental. Otro más...

Nido de azor (Accipiter genitilis).

Por suerte, este pinar nos trajo algo más que ailantos...
Además del nido, pudimos observar, aunque fugazmente, un adulto de azor perseguido por tres cornejas. ¡81!

Junto al canal de riego que discurría por dentro del pinar vimos los únicos odonatos del fin de semana:

Calopteryx xanthostoma macho teneral.

Calopteryx xanthostoma hembra teneral.

Un par de Calopteryx recién emergidos. Tampoco esperábamos ver muchos más, pues toda la semana había estado lloviendo de forma intermitente, condición poco o nada favorable para la emergencia de estos animales.

Después de reponer fuerzas con la comida, hicimos nuestro último recorrido por los tesos y caminos de Rábano, poniendo el broche final a un viaje que finalmente se saldó con 89 especies de aves:


Curruca tomillera (Sylvia conspicillata) macho.

Observamos bastantes a lo largo del sábado y la mañana del domingo, pero no fue hasta la tarde cuando se dejaron ver a placer, transportando cebas para los pollos y defendiendo el territorio desde sus perchas.



Paloma zurita (Columba oenas) adulta.

Encima de un montón de alpacas, encontramos a la siempre interesante paloma zurita, una especie que está cayendo en picado como reproductora en estos campos.

Luego veríamos la paloma cimarrona, que sorprendentemente también nos faltaba.

Tórtola europea o común (Streptopelia turtur) adulta.

También tuvimos este increíble acercamiento a la tórtola común, especie de hábitos por lo general huidizos, pero totalmente justificados: verano tras verano, son masacradas sistemáticamente en nuestros campos miles de individuos de esta especie, que comienza a pedir un poco de oxígeno, aunque por supuesto, los autodenominados "mayores defensores de la naturaleza", ajenos todos (o casi todos) a cualquier problema medioambiental, exprimirán al máximo su sed de sangre hasta hacerla desaparecer. Esta es la realidad más absoluta por desgracia.

Chovas piquirrojas (Pyrrhocorax pyrrhrocorax).

En un campo de guisantes colindante al camino, se alimentaba un bando de quince chovas. Estas no permitieron la misma aproximación, pero sí una buena observación. Desgraciadamente, en Salamanca esta especie escasea muchísimo, y siempre es una alegría el poder verla, aunque sea en otra provincia.

Mochuelo (Athene noctua).

El mochuelo fue la especie perfecta para cerrar la lista, junto con los graznidos de los arrendajos y rabilargos procedentes de los bosquetes de quejigos y almendros cercanos:

Sabina albar (Juniperus thurifera) flanqueada por dos quejigos (Quercus faginea).


Y para los que pensaban que ya me había olvidado de los helechos, se equivocaban; les he reservado un espacio al término de este post. Porque dicen que lo bueno hay que dejarlo para el final, ¿no?

Mata de equisetos en una orilla del Duratón.


A pesar de ser Rábano y comarca una tierra muy seca y desprovista de vegetación, dimos hasta con tres especies de pteridófitos diferentes; una en las laderas calizas y dos en la ribera del Duratón:

Asplenium ceterach.

A. ceterach será uno de los pocos pteridófitos que pueda vivir en estos terrenos, gracias a sus adaptaciones xerofíticas y a su afinidad por los sustratos calizos.



Equisetum ramosissimum.




Equisetum arvense.

Los equisetos, mucho más dependientes del agua que los ceterach, los observamos en abundancia en la ribera del Duratón, tanto de la especie ramosissimum como de la arvense.

Y con estas tres plantas concluyo la crónica de nuestro fin de semana en Rábano. Sin duda, este lugar merece más y mejores visitas, así que volveremos pronto.

Foto de familia.

Me despido deseándoos un buen verano a todos.


Fuentes empleadas:

Castroviejo, S. (coord gen,). 1986-2012. Flora ibérica 1-8, 10-15, 17-18, 21. Real Jardín Botánico, CSIC, Madrid.

Fernández, J. 2011. Caracterización de las comarcas agrarias de España. Tomo 48. Provincia de Valladolid. http://www.mapama.gob.es/.

MAGRAMA. Catálogo español de especies exóticas invasoras. Corbicula flamineahttp://www.mapama.gob.es/.


4 comentarios:

  1. Fantástica entrada y estupendo fin de semana. Me ha gustado mucho.

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  2. Gracias por una descripción tan exhaustiva del entorno de Rábano. Será inevitable que a partir de ahora lo vea con otros ojos y me fije más en los detalles.

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  3. Muy interesante todo el artículo, pero jamás vi arrendajos en Rábano.

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  4. Hola, muy inetresante. Solo una cosa, las fotos de Rhamnus pumilla corresponden a Arctostaphylos uva-ursi. Un saludo.

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