martes, 27 de septiembre de 2016

Los complicados Sympetrum

Son buenas fechas para los Sympetrum ibéricos, y por tanto, son buenas fechas también para romperse un poco la cabeza con ellos. El que haya tratado con este género sabrá de lo que hablo.


De las seis especies que tenemos en Salamanca sobre las ocho totales a nivel nacional, al menos una es fácilmente reconocible en todas sus etapas de madurez y sexos; hablo del Sympetrum fonscolombii:

S. fonscolombii hembra imago. 

Este Sympetrum es el único de los seis que posee la base de los ojos de color azul grisáceo, cuando en el resto suele ser por lo general verdosa o marronácea-rojiza.

Pero ojo, Crocothemis erythraea y Trithemis annulata, dos especies también presentes en la provincia, poseen un diseño cromático similar, y por tanto, hay que ser cautos cuando estemos ante una mala observación o fotografía:

Crocothemis erythraea macho imago.

Si bien los ojos son parecidos a los de un fonscolombii, el abdomen ancho y las patas rojizas nos hacen decantarnos rápidamente por esta especie.


Trithemis annulata hembra imago.

Las patas oscuras con ausencia de rayado amarillo pueden ser útiles a la hora de separar anulata de fonscolombii.

Siguiendo con el resto de Sympetrum, otro relativamente fácil de distinguir es el flaveolum: el extenso tinte amarillo que recubre las alas, tanto del macho como de la hembra, suele ser suficiente para identificarlo correctamente. Además esta especie habita en las cumbres (por el momento, todas las citas de esta especie en Salamanca sobrepasan el rango altitudinal de los 2.000 msnm):

Cópula de S. flaveolum.

Una vez más tendremos que tener cuidado, pues los fonscolombii poseen igualmente una mancha amarilla en las alas, que según qué individuo, será más o menos extensa, pero una vez miremos los ojos, disiparemos nuestras dudas rápidamente.


Quizá el siguiente en orden de dificultad de identificación ascendente sea el S. sanguineum: sus patas enteramente negras, o mejor dicho enteramente azabaches (en todas las edades y sexos) suelen ayudar mucho a la hora de reconocerla, pero hay que tener cuidado algunos ejemplares de fonscolombii y striolatum, pues el desgaste de los individuos más maduros puede oscurecer las patas hasta tal punto que sean iguales o prácticamente iguales a los de un sanguineum. El abdomen pequeño y compacto tanto del macho como de la hembra también puede ser de gran ayuda, incluso en vuelo, además del diseño lateral del tórax (tintes rojizos sobre fondo amarillo), este último rasgo sólo presente en el macho:

S. sanguineum macho imago.

S. sanguineum hembra imago.


Y pasamos a los difíciles, el trío meridionale-striolatum-vulgatum:

Quizá deberíamos comenzar con el macho imago del meridionale: lo podemos diferenciar del resto por su zona lateral del tórax teñida enteramente o casi de un color marronáceo - caqui. Este uniformismo cromático le viene dado por la considerable estrechez de las líneas negras que recorren las suturas torácicas.
¡¡Pero cuidado con el vulgatum o un striolatum muy gastado, porque pueden verse así en determinadas circunstancias!!

Sympetrum meridionale macho imago. 


Sympetrum meridionale macho imago.

Un detalle relevante en el que debemos fijarnos con un ejemplar en vista cenital, es en sus venas cubitales; según un artículo recientemente publicado por entomólogos holandeses, tan sólo meridionale presenta la segunda y la cuarta vena cubital tintadas de amarillo. Por el momento, todos los ejemplares que he podido examinar, tanto de esta temporada como de años anteriores, presentan este detalle, por lo que en principio podríamos apoyarnos en él, teniendo siempre en cuenta otros rasgos, como pueden ser las patas predominantemente amarillas o la presencia muy reducida o nula de la mancha negra en la punta del abdomen, además del tórax marrón ya comentado.

Respecto a la hembra imago, podríamos aplicar básicamente los mismos criterios que en el macho:

Sympetrum meridionale hembra imago. 

 Quizá la parte difícil llegue con los ejemplares inmaduros, pues muchas de estas características aún no las han desarrollado. Una buena opción sería examinar las venas cubitales (los juveniles también presentan la 2ª y 4ª vena cubital amarillas), pero si no queremos complicarnos demasiado, lo mejor es mirar la genitalia secundaria en el caso del macho, o la escama vulvaria en el caso de la hembra (ver imagen comparativa al final de este post).


Podemos comenzar a intuir un macho imago de Sympetrum striolatum por el diseño lateral del tórax, determinado por fuertes contrastes entre franjas amarillas y rojas. Las patas son negras y están recorridas por listas amarillas verticalmente, y en general el color rojo del abdomen es más apagado que en otros Sympetrum, pero como en los otros casos, un vistazo a la genitalia secundaria es lo mejor que podemos hacer para estar seguros de la identificación.

Una hembra posee los mismos rasgos identificativos que el macho, exceptuando el tono rojizo del tórax (es bastante más tenue). Aún así, el contraste rojo-amarillo suele ser evidente. Una vez más, y no será la única, recurrir a los órganos genitales (escama vulvaria) será la mejor opción:

Sympetrum striolatum macho imago.

Sympetrum striolatum hembra imago.

Sympetrum striolatum hembra imago .


Y por último llegamos al más raro de los seis, el vulgatum. En la península Ibérica habita la subespecie ibericum, descrita hace algo más de treinta años, en base a divergencias en varios caracteres morfológicos de ejemplares recogidos en León, Palencia, Burgos y Zamora con respecto a la subespecie nominal, S. v. vulgatum.

Ocharán (1985), la describe así:

  • La mancha oscura del occipucio (= línea negra que une los ojos) no desciende a lo largo de los ojos. Sí lo hace en vulgatum.

  • Suturas torácicas apenas destacadas por una fina línea negra. Perfectamente marcadas en vulgatum.

  • Patas castaño-amarillentas manchadas de castaño oscuro sólo en la parte distal de los fémures y en la cara interna de las tibias. Patas negras rayadas longitudinalmente de amarillo claro en su cara externa en vulgatum, al "estilo striolatum".

  • Color general del macho: tórax castaño y abdomen rojizo claro y hembras castaño-amarillento y amarillo respctivamente. Color general del macho: rojo carmín y hembras castaño-amarillento en vulgatum.

A todo esto hay que sumar, claro está, el detalle de la genitalia secundaria en el macho y la escama vulvaria en la hembra.

En mi humilde opinión, describir un taxón basándose únicamente en rasgos morfológicos es cuanto menos, arriesgado, aunque entendible por la fecha de publicación de este trabajo.
Un estudio genético de las (escasas) poblaciones ibéricas existentes podría ayudar a esclarecer la legitimidad o no de esta subespecie tan especial que es la ibericum.

Unas fotos:

S. vulgatum macho imago.


S. vulgatum macho imago.


 S. vulgatum hembra imago.


 S. vulgatum macho teneral.

Las patas amarillas llaman poderosamente la atención en todos los ejemplares, lo que serviría para alejar un posible striolatum, a la vez que la ausencia de tinte en las venas cubitales haría lo propio con un meridionale.


Para acabar, unas imágenes comparativas del detalle definitivo para la identificación de nuestros Sympetrum más complicados, los órganos genitales:

Detalle de las genitalias secundarias de los machos.


Detalle de la escama vulvaria de las hembras.


Espero que esto sirva de ayuda a los que estáis interesados en este apasionante mundo.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

El de siempre y donde siempre

Como todos los años por principios de septiembre, me gusta bajar al parque de los Jesuitas, en pleno centro de la ciudad de Salamanca, a ver los torcecuellos que aterrizan por unos días en los jardines del parque durante su migración hacia el sur.

Los he estado viendo un par de días, y como de costumbre, se han sentido bastante confiados ante mi presencia.

A continuación unas fotos de este pícido, el más extraño de todos los pájaros carpinteros ibéricos:














Torcecuello (Jynx torquilla).


Alertado ante la presencia de un gorrión común (Passer domesticus).


Otros pajarillos presentes en el parque estos días:

Papamoscas cerrojillo (Ficedula hypoleuca).


Curruca carrasqueña (Sylvia inornata).


Ánade azulón (Anas platyrhynchos).


Gorrión molinero (Passer montanus) y común (Passer domesticus).


Mosquitero musical (Phylloscopus trochilus).


Y como no todo son pájaros en el parque, aquí van un reptil y un lepidóptero:

Lagartija noroccidental (Podarcis guadarramae) macho.


Celastrina argiolus.


¡Hasta la siguiente!

domingo, 11 de septiembre de 2016

Bicheando por las alturas

Los últimos días de agosto dediqué una mañana a buscar chorlitos carambolos por la sierra de Béjar, en Salamanca.
 El lugar elegido fue la estación de esquí de La Covatilla, donde se sobrepasan holgadamente los 2.000 msnm. En principio es buen hábitat para el chorlito carambolo en migración, pero esta vez no hubo suerte. Seguiremos intentándolo...

Prados en La Covatilla.


Aun así, la mañana estuvo entretenida. Pude ver las principales especies que se reproducen este medio alpino, y no sólo las que llevan plumas:


Pechiazul (Luscinia svecica) adulto.


Pechiazul (Luscinia svecica) juvenil.


La siguiente foto la tomé hace un mes también en la sierra de Béjar. Aquí vemos un macho reproductor donde apreciamos mejor los colores del pecho:


Pechiazul (Luscinia svecica) macho adulto.


Collalba gris (Oenanthe oenanthe).


Roquero rojo (Monticola saxatilis) juvenil.


Escribano hortelano (Emberiza hortulana) juvenil.


Escribano montesino (Emberiza cia) juvenil.


Acentor común (Prunella modularis) adulto.





Buitre leonado (Gyps fulvus) juvenil.

Este joven buitre llegó a confiarse tanto que incluso acabó por rodear el coche:




Y algunos pájaros en clara migración:

Cuco (Cuculus canorus) juvenil.


Abejero europeo (Pernis aviporus) macho adulto.


Pocos odonatos (tan sólo dos especies), pero uno de ellos fue el espectacular Sympetrum flaveolum:


Sympetrum flaveolum macho imago.


Orthetrum coerulescens hembra imago.


La mariposa más abundante fue el Satyrus actaea, una especie nueva para mí, que identifiqué gracias a Alberto Benito:

Satyrus actaea.


Uno de los habitantes más discretos de La Covatilla es el topillo nival. Es fácil ver rastros, pero mucho más complicado a su autor:

Excrementos de topillo nival (Chionomys nivalis).


Acabamos con herpetos:

Rana patilarga (Rana iberica).


Lagartija carpetana (Iberolacerta cyreni).


Y la víbora sigue dando esquinazo...pues habrá que seguir dando caña.