jueves, 27 de abril de 2017

Las Batuecas en primavera

Ya dije que me reservaba la mañana del jueves 6 para otro post. Pues bien, aquí la tenéis:

Ese día hicimos parte del recorrido de El Chorro de las Batuecas, que discurre a orillas del río del mismo nombre. Es una ruta de sobra conocida por todos los salmantinos; lo que muchos no saben es todo lo que este lugar esconde, y no estoy hablando sólo de fauna, naturalmente. Aquí la flora tiene mucho que decir.

Poza en el río Batuecas. La Alberca.

Cascada en el río Batuecas. La Alberca.

En estos parajes, los brezos, madroños y pinos forman densos bosques junto con otras especies arbóreas, como oxicedros, tejos, castaños, robles, encinas, laviérnagos, jaras... Por tanto, además de un paisaje espectacular, estos bosques mixtos crean excelentes refugios de fauna:


Laviérnago (Phyllirea angustifolia).

Pteridium aquilinum, el helecho común, actúa como el tapiz del bosque, formando densas coberturas vegetales. En las zonas más umbrías es sustituido por Blechnum spicant:


Pteridium aquilinum.

Blechnum spicant.

Yo particularmente disfruté mucho con los helechos, detectando un total de catorce especies, además del Pteridium y del Blechnum:


Asplenium trichomanes.



Asplenium ceterach.

Vimos A. trichomanes y ceterach a lo largo de todo el recorrido, de forma frecuente. También Polypodium.

Asplenium onopteris.

Detalle de los soros.


Asplenium obovatum billotii.



Cystopteris sp. 

Posiblemente C. fragilis, pero a falta de observar los soros maduros, lo dejaremos como probable.

Las frondes de esta especie se desarrollan en el trascurso de la primavera.


Isoetes durieui.


Esta especie siente especial predilección por los sustratos pizarrosos.



Isoetes durieui.

Quizá la observación más destacada del día para mí. Se considera una especie escasa en España, con poblaciones dispersas a lo largo de toda la franja mediterránea. Está protegido a nivel nacional.

Este Isoetes es morfológicamente idéntico a I. histrix, y la manera de diferenciarlos es por el relieve de sus esporas:

Megasporas de I. durieui. La Alberca, abril de 2017.

Más grandes (visibles con lupa de mano, e incluso a vista, forzando muy mucho el ojo), con el perisporio (capa externa de la espora) alevolado.


Megasporas de I. histrix. Pereña, abril de 2017.

Más pequeñas, con el perisporio adornado con tubérculos.

Comparación de megasporas de Isoetes (abajo a la izquierda, I. setaceum).


Anogramma leptophylla.

Envés de las pínnulas mostrando los soros.


 Anogramma leptophylla, conocido vulgarmente como helecho del tiempo, es un indicador de suelos silíceos. Es el único helecho anual que tenemos en Europa, lo que quiere decir que tras completar su ciclo vital en la estación favorable, perece.
Gracias a la acumulación de sustancias de reserva en un bulbo subterráneo, sobrevive al duro verano y puede dar lugar a una nueva planta la siguiente temporada.



Dryopteris filix-mas.

Muchos habrán oído hablar del helecho macho y del helecho hembra. Pues bien, éste es el macho, y no, no es lo que parece: se trata de dos especies bien diferentes, pertenecientes a dos géneros: Dryopteris y Athyrium.
Para conocer el origen de estos nombres vulgares hay que remontarse al siglo XVI, cuando el botánico alemán Leonhart Fuchs denominó al D. filix-mas helecho macho por su robustez, mientras que al similar Athyrium filix-femina, más fino y delicado, lo llamó helecho hembra.
Lógicamente, estas afirmaciones carecen de base científica alguna, pues los helechos son asexuados.


Otro pteridófito no menos espectacular es Osmunda regalis, que cuenta con la peculiaridad de poseer dos tipos de pinnas, a diferencia del resto de helechos: las vegetativas y las fértiles, aún no presentes en la planta que os presento.

Primer plano de una joven fronde de O. regalis, mostrando el desarrollo circinado típico de los pteridófitos.

Osmunda regalis. Frondes vegetativas.

Osmunda regalis es una especie cosmopolita, que se extiende por cuatro de los cinco continentes: Europa, Asia, África y América (del Norte, del Centro y del Sur).

Frondes fértiles. Cudillero, Asturias. 26 de abril de 2017.


Se aprecian perfectamente ambos tipos de frondes. Las fértiles consisten en un gran racimo de esporangios.

Cheilanthes creciendo al pie de rocas cuarcitas.


Cheilanthes hispanicus. 

Las especies del género Cheilanthes quizá sean las mejor adaptadas a los veranos secos de estos valles: se desarrollan a finales del invierno al pie de rocas bien insoladas, y tras esporular, se enrollan sobre sí mismos con el fin de minimizar la superficie expuesta al sol, coincidiendo con las altas temperaturas de la época estival.

Por suerte o por desgracia, no todo fueron helechos; también vimos algunas plantas fanerógamas:



Androrchis gr. mascula.




Narcissus triandrus pallidulus.



Narcissus bulbocodium.



Hyacinthoides hispanica.

El jacinto. De él resulta muy llamativo el color azul intenso de los estambres.


Asphodelus albus en plena floración.

El A. albus es conocido vulgarmente como gamón. Es endémico del área mediterránea.

Dedicamos un buen rato a la búsqueda de herpetos:



Sapo común (Bufo spinosus) macho.

Pillamos el momento cumbre en que los machos buscan hembras desenfrenadamente, y se dejan ver tanto de día como de noche.

Lagartija colilarga (Psammodromus algirus) macho nupcial.


Lagartija noroccidental (Podarcis guadarramae).





Culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) joven.



Culebra de collar (Natrix astreptophora) juvenil.

Aparte de los ya citados, observamos varias ranas patilargas, una de las joyas herpetológicas de la zona, y también una culebra viperina.

La lista de aves fue más bien escasa, pero anotamos una especie de calidad, difícil de ver en la provincia: un mirlo capiblanco que levantamos en la orilla del camino. Duró poco ahí y pronto voló ladera arriba, por lo que no hubo posibilidad de foto.
Por lo demás, las especies habituales de estos parajes:

Escribano montesino (Emberiza cia) macho.

Curruca capirotada (Sylvia atricapilla) macho.

Totalmente enceladas esos días...

Para acabar, unas mariposas que observamos durante todo el recorrido:

Pieris napi.

Pieris napi.

Gonepteryx rhamni.

Pararge aegeria.

Coenonympha lyllus= Coenonympha pamphilus ssp. lyllus.

Detectamos unas pocas especies de lepidópteros, que podrían haber sido muchas más si les hubiéramos dedicado más tiempo.

Algunas que no pudimos fotografiar fueron: Euchloe crameri, Inachis io, Lasiommata megera, Celastrina argiolus, Lycaena phaelas, Aricia cramera, etc.
Aún es pronto para ver volar a las reinas de estos valles: Charaxes jasius y Limenitis reducta.

Y con esto pongo punto y final a las mini-vacaciones que pasamos en Las Hurdes. Espero que os haya gustado.