Es un término antiguo, que pretendía aunar a todos aquellos organismos que no presentaban ni flores ni semillas. Hoy se sabe que este grupo es artificial, donde sus componentes difieren significativamente tanto a nivel evolutivo como a nivel morfológico. Aun así, sigue siendo muy empleado hoy día.
En las próximas dos entradas del blog me centraré en los líquenes, musgos y helechos que habitan en Ledesma. Si bien no es el mejor lugar de la provincia para los dos últimos, debido a su baja pluviometría anual, elevadas temperaturas y fuertes heladas en la época estival e invernal respectivamente, sí que conserva una interesante comunidad de plantas criptógamas que intentaré dar a conocer en los estos posts.
Ledesma es una localidad de la provincia de Salamanca, que linda al norte con la provincia de Zamora. La extensión de su término municipal es de 141,22 km2, y se caracteriza por su paisaje adehesado atravesado por el río Tormes y arroyos de pequeña entidad que vierten sus aguas en él. Aproximadamente a unos 6 km aguas abajo de la villa, el río comienza a embalsarse, conformando el gigantesco pantano de Almendra, inaugurado en los años setenta del siglo pasado. Bajo sus aguas hoy descansa lo que un día fueron las arribes del Tormes, profundos cañones y acantilados excavados durante miles de años por el Tormes, que a buen seguro constituían importantes refugios para muchas criptógamas.
Arribes del Tormes descubiertos tras una bajada del nivel del embalse. Enero de 2017.
Arribes del Tormes descubiertos tras una bajada del nivel del embalse. Julio de 2012.
La dehesa, empleada principalmente para aprovechamiento ganadero (fundamentalmente bovino), se compone básicamente de encinas (Quercus rotundifolia ssp. ballota). En las zonas más escarpadas, y por tanto de más difícil acceso para el ganado, la vegetación es más variada, y a las encinas y carrascos (encinas jóvenes), se les unen matorrales de porte medio-bajo, como las escobas (Cytisus scoparius y C. multiflorus), el escaramujo (Rosa canina), el rusco (Ruscus aculeatus) o el laviérnago (Phillyrea angustifolia). En la ribera de los arroyos predominan los fresnos (Fraxinus angustifolia), que proporcionan entornos umbríos y húmedos, favorables para ciertas especies criptógamas.
El soto ribereño del Tormes, antes de finalizar en el embalse, se compone de las especies típicas de estos ambientes: alisos (Alnus glutinosa), álamos (Populus sp.), sauces (Salix sp.)...
La roca predominante es el granito. La descomposición erosiva de esta roca favorece la acidez del suelo, lo que a la postre determina en gran parte el número y diversidad de especies presentes en la zona.
Paisaje típico de Ledesma. Enero de 2017.
Mata de rusco (Ruscus aculeatus). Enero de 2017.
Paredes de granito con orientación norte. Enero de 2017.
Estas zonas proporcionan sombra y humedad a muchas especies criptógamas en Ledesma.
LÍQUENES: Los líquenes son hongos (de la división Ascomycota o Basidiomycota) que establecen una relación de simbiosis (mutuo beneficio) con un organismo fotosintético (alga y/o cianobacteria), originando un cuerpo vegetativo con características únicas. De esta forma, el hongo deja de vivir a expensas de la materia orgánica y sus requerimientos hídricos disminuyen, mientras que el alga o cinobacteria se protege de la desecación entre las estructuras del hongo y aporta los productos que obtiene de la fotosíntesis.
Recientemente se ha descubierto un tercer simbionte en algunos líquenes; se trata de una levadura del grupo Basidiomycota, aunque por el momento no se conoce con exactitud la función que desempeña en la simbiosis.
La identificación de los líquenes es en la mayoría de los casos compleja y engorrosa, siendo vital en muchos casos el análisis de sus contenidos y el uso del microscopio para observar caracteres anatómicos.
Vayamos con algunas especies que he identificado estos días:
Usnea sp. Enero de 2017.
Especie epífita (vive sobre otros organismos) muy abundante sobre encinas. El talo es fruticuloso y sus ramificaciones cilíndricas.
Evernia prunastri. Enero de 2017.
E. prunastri es otro líquen epífito, conocido por ser empleado en la industria de la perfumería. Posee un talo fruticuloso y ramificaciones planas. Se caracteriza por poseer la cara superior verdosa y la inferior blanquecina. También abunda sobre encinas.
Ramalina fraxinea. Enero de 2017.
Ramalina, otra epífita, posee talo fruticuloso. En el caso de R. fraxinea, son llamativos los grandes apotecios (estructuras para la reproducción sexual) que recorren las lacinias (las "cintas" en que se dividen los líquenes de talo fruticuloso) por toda su superficie.
Parmelia tiliacea. Enero de 2017.
Detalle de los isidios de P. tiliacea.
Los isidios son estructuras para la reproducción asexual que muchos líquenes poseen.
Parmelia tiliacea es otro líquen epífito frecuente en Ledesma. Su talo es foliáceo.
Cladonia pyxidata. Enero de 2017.
Cladonia fimbriata. Enero de 2017.
Cladonia sp. Enero de 2017.
Los Cladonia apoteciados como el de la foto son bastante difíciles de identificar, y en la mayoría de los casos es necesario observar su reacción con ciertos compuestos. Este en concreto se me parece bastante a C. macilenta.
Cladonia gracilis. Enero de 2017.
En este Cladonia apoteciada resultan característicos los bordes dentados que presentan algunos de los ápices de los podecios. Es característica de suelos ácidos.
Peltigera sp.
Lasallia pustulata. Enero de 2017.
Este líquen prolifera de forma abundante sobre las peñas de granito. Es muy frecuente en Ledesma. Su talo es umbilicado, lo que quiere decir que está sujeto al sustrato por un único punto. Cabe destacar las pústulas y los isidios negruzcos que se sitúan en el borde.
Xanthoria parietina. Enero de 2017.
Detalle de los apotecios.
Y hasta aquí la primera parte...espero que os haya gustado.
Genial entrada, es asombroso y gratificante el poder ponerle nombres a eso que tantas y tantas veces hemos visto en el campo. Gracias !!!
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